Letra sin acordes
A solas al huerto yo voy,
cuando duerme aún la floresta;
y en quietud y paz con Jesús de amor,
oyendo allí su dulce voz.
Coro:
El conmigo está, puedo oír su voz,
y que suyo, dice, seré
y el canto que hallo en Él allí,
con nadie tener podré.
Tan dulce es la voz del Señor,
que las aves guardan silencio
y tan sólo oye su voz de amor
que inmensa paz al alma da.
Con Él encantado yo estoy,
aunque en torno llegue la noche;
mas me ordena ir y a escuchar yo voy,
su voz, doquier la pena esté.
/// Otra versión:
A solas al huerto yo voy,
cuando duerme aún la floresta;
y en quietud y paz con Jesús estoy,
oyendo allí su dulce voz.
Coro:
El conmigo está, puedo oír su voz,
y que suyo, dice, seré
y el canto que hallo en Él allí,
con nadie tener podré.
Tan dulce es la voz del Señor,
que las aves guardan silencio
y tan sólo se oye su voz de amor
que inmensa paz al alma da.
Con Él encantado yo estoy,
aunque en torno llegue la noche;
mas me ordena ir y a escuchar yo voy,
su voz, doquier la pena esté.
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