Letra sin acordes
Por ti, mi Dios, cantando voy
la alegría de ser
tu testigo, Señor.
Me mandas que cante con toda mi voz;
no sé cómo cantar tu mensaje de amor.
Los hombres me preguntan cuál es mi misión.
Les digo: «Testigo soy».
Es fuego tu palabra que mi boca quemó;
mis labios ya son llamas y cenizas mi voz.
Da miedo proclamarla, pero Tú me dices:
«No temas, contigo estoy».
Tú palabra es una carga que mi espalda dobló;
es brasa tu mensaje que mi lengua secó:
«Déjate quemar si quieres alumbrar,
no temas, contigo estoy».
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