Letra sin acordes
Hoy venimos, cual hermanos,
a la cena del Señor.
Acerquémonos, cristianos,
congregados por su amor.
En memoria de su muerte,
y la sangre que vertió,
celebremos el banquete
que en su amor nos ordenó.
Recordando las angustias
que sufrió el Redentor,
dividida está nuestra alma
entre el gozo y el dolor.
Proclamamos la presencia
del divino Redentor;
que nos mira con clemencia
y nos llena de su amor.
/// Otra versión:
Hoy venimos, cual hermanos,
a la cena del Señor.
Acerquémonos, cristianos,
respirando tierno amor.
En memoria de su muerte
y la sangre que vertió,
celebremos el banquete
que en su amor nos ordenó.
Recordando las angustias
que sufriera el Redentor,
dividida está nuestra alma
entre el gozo y el dolor.
Nos da vida por su muerte,
gozo por su aflicción;
alabemos al Cordero
por su eterna salvación.
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