Letra sin acordes
Jesús, tú reuniste a tus amigos;
sus pies allí lavaste humildemente
y luego los enviaste a los peligros
de un mundo inhumano e incoherente.
También pediste que éste, tu ejemplo,
siguiéramos nosotros y que siempre,
en vez de encerrarnos en tu templo,
salgamos a lavar los pies dolientes.
Ven a lavar los pies adoloridos
de los que caminamos por la vida
y danos manos que puedan contigo
calmar, sanar de todos las heridas.
Señor, que nuestros pies así lavados
en las hermosas aguas de tu fuente,
nos lleven a la cura del pecado
y hermosos resplandezcan en los montes.
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