Letra sin acordes
Ploqui! ploqui! ploqui! ploqui! siempre a marchar,
sea noche, sea día no puedo parar.
Haya lluvia, haya sol, invierno o verano,
yo no temo al peligro, no desisto, no.
John Wesley viajaba montado en su caballo,
y por toda Inglaterra iba predicando.
Por las rutas, por las plazas, las minas de carbón,
en iglesias, en escuelas y también en la prisión.
Nuestro caballero hablaba a toda la gente,
a los hombres, las mujeres, a los niños y ancianos.
Su corazón ardía de amor que venía de Dios.
Y hoy somos la iglesia que camina en la misión,
hablando de Jesús a toda la gente,
la fuerza de este amor que viene de Dios,
la fuerza de este amor que es don de Dios.
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