Letra sin acordes
Pan de vida, cuerpo del Señor,
vino eterno, sangre que él vertió.
En la mesa ninguno es mayor.
Poder es servir, porque Dios es amor.
Somos morada de Dios, frágil y herido de amor,
somos el cuerpo de Cristo, llamados a ser bendición.
Ustedes me llaman Señor, me inclino a lavarles los pies,
hagan lo mismo que yo, sirviéndose con humildad.
No hay griego ni hebreo en él, ni libre ni esclavo hay en él,
en él no hay varón o mujer, tan sólo herederos de Dios.
Agrega una reseña