Letra sin acordes
Santo Espíritu, excelsa paloma,
inmutable ser del trino Dios;
mensajero de paz, que procedes del Padre,
hoy consuélanos con suave voz.
Tu fragancia y llenura anhelamos;
embalsama tu templo, tu altar;
y la sombra feliz de tus alas
de gracia nos cobije, ¡oh amigo sin par!
Santo Espíritu, fuego celeste,
en el día de Pentecostés,
cual la nube de gloria bajaste a la iglesia
como al templo de Sión otra vez.
Para el nuevo cristiano eres sello;
cada uno de ti tiene un don.
Todo hijo de Dios elegido es
y gozar ya las arras de tu salvación.
Santo Espíritu, aceite bendito,
cual producto del verde olivar;
luminaria y calor en la tienda sagrada
donde Aarón se acercaba a adorar.
Agua viva y regeneradora,
santifícanos contra el mal:
somos uno en Jesús,
los creyentes del mundo, por tu santa
labor bautismal.
Santo Espíritu, viento potente,
fuente y fuerza de paz y amor;
paracleto veraz que consuelo nos brindas
y abogas a nuestro favor.
Sénos luz que ilumine la Biblia,
nuestros pies dirigiendo al andar.
Hoy rendimos a ti
nuestras almas ansiosa; sólo ungidos
podremos triunfar.
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